24 noviembre 2006

ANONIMALES

Fuego, arden mis entrañas cuando veo
la luna al sol llorar
Sabe que un nuevo amanecer ya llega
lleno de odio y de maldad

Sangre, vertiéndose incesante crea ríos
de muerte fraternal.
Rostros desencajados por el miedo
mudos ya no pueden ni hablar

Matar siguiendo la doctrina que la
fuerza se impone a la razón.
Morir por alguien que decide
que tu vida carece de valor.

Llantos, las lágrimas de un niño ya no cesan ahogándolo en dolor.
Aquel que un día le dio vida ahora yace profundo siempre más.

Vidas enteras destrozadas por la ira
de un ser anonimal.
Marcas profundas permanecen en sus cuerpos no podrán olvidar.

Matar siguiendo la doctrina que la
fuerza se impone a la razón.
Morir por alguien que decide
que tu vida carece de valor.